Ivanzka Rodríguez, Jaime Díaz y Christopher Soriano son
apenas tres alumnos que dieron giros a sus vidas para
adentrarse en la industria de alta demanda
sábado, 4 de marzo de 2023 – 3:37 p.m. Por José Ayala Gordián
![](https://holbertonschoolpr.com/wp-content/uploads/2024/10/Screenshot-2024-10-22-133938.png)
De izquierda a derecha, los estudiantes de Holberton Sara Cruz, Angeira Quiles, Christopher
Soriano Príncipe, Ivanzka Rodríguez, Jaime Díaz, Raymond Colón y Víctor Cruz Marrero.
(Facebook.com / Holberton Coding School)
No todas las personas reciben una segunda oportunidad para
encaminar sus vidas o perseguir una segunda carrera. Ya sea
por situaciones del diario vivir, emergencias u otras prioridades, muchas
personas continúan desempeñándose en oficios que, quizás, no les
apasionan, y mantienen su rutina porque es la manera en la que ganan
un sustento para mantener a sus familias.
Para varios estudiantes de Holberton Coding School,
matricularse y completar los cursos intensivos en diversas
ramas de programación representó un segundo aire, una
oportunidad de completar sus estudios que, por diversas razones,
se vieron interrumpidos, o el camino perfecto para satisfacer una
curiosidad o interés.
La institución con sede en Santurce (justo al lado de Lote 23) celebró, el
pasado viernes, la presentación de proyectos finales del Cohort (clase)
número 18 y la ceremonia de graduación. Fue mediante la ceremonia que
El Nuevo Día conoció un poco de las historias de tres estudiantes que
se adentraron en el mundo de la tecnología y que buscan posicionarse en
oficios de vanguardia.
Pasión por el arte y la programación
Ivanzka Rodríguez, natural de Bayamón, comenzó sus estudios en
arte en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico
(UPR), pero un viaje por la avenida Ponce de León, literalmente, cambió
su rumbo académico y profesional.
“Yo estaba buscando un cambio de carrera y un día, mientras pasaba por
la Ponce de León, vi los anuncios. Siempre tuve interés en la
programación y codificación, pero no sabía nada, así que
estaba buscando la manera de combinar ambas cosas (el arte y
la programación). Ahí fue que me matriculé, aprendí a
desarrollar frontends (el diseño de la interfaz de un programa
con el cual un usuario interactúa) y ahora quiero llegar a (ser
una ingeniera) full-stack (un programador capacitado en todos los
aspectos de diseño y desarrollo de un programa)”, resaltó Rodríguez
mediante videoconferencia por la aplicación Zoom.
![](https://holbertonschoolpr.com/wp-content/uploads/2024/10/Screenshot-2024-10-22-134151.png)
Sara Cruz, Angeira Quiles e Ivanzka Rodríguez diseñaron y programaron la aplicación DrinkUp!.
(Facebook.com / Holberton Coding School)
Para su proyecto final, Rodríguez se unió a Sara Cruz y
Angeira Quiles para desarrollar la aplicación DrinkUp!. Cruz y
Quiles desarrollaron el backend (en esencia, la programación que
permite que un programa se comunique con una base de datos, y
viceversa), mientras que Rodríguez diseñó la interfaz tanto de la versión
web como de la aplicación móvil.
DrinkUp!, a grandes rasgos, es una aplicación social que una
persona puede utilizar cuando visita una barra o pub y no sabe
qué trago pedir. Solo tiene que abrir la aplicación, indicar el tipo de
alcohol que desea consumir y el sabor que está buscando, y la aplicación
le ofrecerá múltiples recomendaciones de cócteles que entonces puede
solicitar al bartender. En una actualización futura, la aplicación ofrecerá
opciones de cócteles para personas que no consumen alcohol.
“Sara, que era bartender, nos hablaba del proceso de preparar cócteles, y
en una barra o pub que está lleno, donde no puedes tener esa interacción
uno a uno con un bartender y tienes ese proceso de decidir (lo que vas a
tomar), pues ahora tiene esta aplicación en tu mano que te enseña los
ingredientes, se lo puedo enseñar al bartender, van a saber qué hacer y te
lo dan”, resaltó Rodríguez al ser abordada sobre cómo surgió la idea para
desarrollar la aplicación.
El proyecto le permitió a Rodríguez combinar sus dos pasiones, el arte y
la programación, pues la interfaz para el usuario es una colorida y con
gráficas atractivas.
“Escogimos materiales coloridos, que sean complementarios y que se
vean bien hacia el público. Eventualmente la meta es retomar mis
estudios en arte, pero ya sería más en mi propio tiempo, pero me
gustaría seguir involucrando la parte creativa y la tecnología”, subrayó.
“Al no tener conocimiento en programación (cuando comenzó en
Holberton), ha sido un proceso difícil, pero lo agradezco porque es un
proceso de mucho aprendizaje a lo largo del camino y es algo que nunca
parará, pues seguiré aprendiendo todos los días, dado que se introducen
nuevos frameworks (herramientas que proveen componentes y
soluciones prefabricadas que se pueden integrar y/o modificar en un
proyecto) y siguen inventando cosas nuevas”, enfatizó Rodríguez, quien
apunta a entrar al mercado laboral una vez culmine sus cursos.